LA ESCUELA INFANTIL PLATERO
Corría el final del verano de 1994 cuando se hacía realidad un proyecto compartido entre las compañeras y compañeros: poner en marcha la Escuela Infantil Platero en Meco.
Se iniciaba así nuestra experiencia de educación infantil que tantas satisfacciones nos ha proporcionado y con ella una amplia gama de proyectos, actividades, reflexiones, innovaciones… para los niños y niñas de 0 a 6 años de Meco.
Por entonces, además, corrían años memorables en las leyes educativas, donde la educación infantil estaba bien definida en el primer tramo de nuestro sistema educativo.
Y entre tanto, empezábamos a funcionar con una seña de identidad clara: LA PARTICIPACIÓN, porque desde el primer momento formar Comunidad Educativa tenía un gran valor para nosotros. El trabajo en equipo de todos los profesionales del centro y la coordinación y participación de las familias han sido piezas claves para elaborar nuestro Proyecto Educativo que es el elemento configurador de la EI Platero. Su elaboración fue decisiva para formar esta Comunidad Educativa tan cohesionada y participativa. Porque, sin restarle importancia al documento en sí y a los acuerdos y decisiones que en él se recogen, lo importante para nosotros fue el proceso de elaboración. Esas largas reuniones paralelas (familias-educadores), e intercolectivas (todos juntos), dónde se consensuaban los acuerdos a los que llegábamos sobre las valores, principios educativos y señas de identidad de nuestra educación y de nuestra escuela.
Y así, fuimos definiendo que queríamos: que nuestra escuela fuera acogedora, participativa y abierta, que nuestra educación fuera en libertad, integradora, integral, innovadora, laica, y ecológica, y que nuestros valores fueran la responsabilidad, la transformación, la flexibilidad, la solidaridad y la tolerancia.
Definir lo que significaba cada uno de estos términos no fue fácil. Había que llegar a un acuerdo común en la definición, pero lo conseguimos utilizando la fórmula del consenso, cuyas condiciones eran: escuchar a los demás sus razones, apoyar las decisiones con las que estábamos, al menos, en parte de acuerdo, negociar, hacer concesiones que satisfagan todas las partes y priorizar las necesidades que más nos unían.
De esta forma, y a través de largos debates que nos hicieron aprender mucho, definimos las señas de identidad de nuestra escuela que quedaron recogidos en el documento y que invitamos a leerlo. Fuimos conscientes de que educamos porque queremos transmitir unos valores, pero no unos valores cualquiera, sino aquellos que, a través de una reflexión profunda, madurada y consciente, creímos y seguimos creyendo que pueden llevar a las personas a construir un mundo más justo y comprometido, donde la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, el respeto al medio ambiente… sean parte del recorrido humano.
Esta apuesta educativa pensamos que tenía todo su valor en la etapa de educación infantil, dónde los niños y niñas pequeños están formando y desarrollando todos los aspectos de su personalidad: desde las bases del conocimiento, la adquisición de hábitos en general, el desarrollo emocional, su proceso de socialización, el lenguaje… En fin, todo un haz inaprensible de líneas de progreso que se entrecruzan y van diseñando una individualidad.
La declaración de intenciones educativas explicitada en el proyecto, hemos procurado que a lo largo de los años no se quedara en eso, sino que tuviera una plasmación en la realidad. Para ello se han buscado diversos cauces: las relaciones diarias, los cauces de participación, los canales de información, el trabajo en equipo del profesorado, la conciencia de nuestro currículo oculto (valores que trasmitimos sin darnos cuenta), las diversas experiencias en las aulas, las actividades de formación e innovación puestas en marcha… Y así surgieron experiencias de innovación educativa como: el huerto, el periódico “Platerillo”, el ordenador para jugar, crear y aprender, el taller de lectoescritura con familias, el uso de las imágenes como recurso educativo, el patio: un bosque lleno de vida, SOSPlatenible…, o actividades formativas que nos han hecho tener una línea de trabajo común en el equipo educativo como: la evaluación, el proceso lectoescritor, la actividad lógico-matemática, la educación afectivo-sexual, la educación musical, la expresión plástica, nuestra intervención con los niños y niñas que tienen trastornos generalizados del desarrollo… Todas ellas, procesos de trabajo en equipo que se han ido recogiendo en otro documento importante que es el Proyecto Curricular. Hoy día, y según terminología de la LOE, la Propuesta Pedagógica.
Nosotros pensamos que la educación de la primera infancia es el reto que la sociedad tiene planteado de cara al futuro. Pero como entorno a lo que significa “educar” hay diferentes opiniones, queremos reflejar que quien educa es el que respeta la individualidad de cada niño, su infinita curiosidad, su afán por hacer cosas, su deseo de experimentar de modo directo el mundo que les rodea, su autonomía y su derecho a construir por si mismo sus aprendizajes, su interés por expresar y comunicar de forma espontánea y creativa cuanto aprenden, descubren, experimentan…
Esta ha sido nuestra filosofía educativa durante estos 17 años, en los que hemos ido madurando, creciendo profesionalmente y aunando esfuerzos en equipo, para construir esta aldea de Asterix, llamada Escuela Infantil Platero que se resiste a la dominación de los romanos.
Tendremos que pedirle al druida Panoramix la ración de poción mágica para seguir defendiendo nuestra aldea gala, y que la utopía inicial de nuestro proyecto educativo siga creciendo en calidad y en concreciones.
La Comunidad Educativa de la EI Platero